¿A dónde van los muertos? Una pregunta común en cualquier persona, sin importar religión, sexo, creencia, nacionalidad o edad. Una pregunta que podría ser respondida desde diferentes perspectivas.
Para la cultura mexicana la muerte va más allá de cualquier creencia, para los mexicanos que aun están fuertemente arraigados a sus tradiciones, la muerte se festeja, así como se festeja un cumpleaños, el nacimiento de alguien, los logros de los seres queridos. La muerte tiene un día en el calendario, donde existe una connotación de fiesta, alegría, retorno y recuerdo. Fecha donde los que se nos adelantaron, regresan a donde fueron amados y donde sus seres queridos les preparan la mejor de las bienvenidas, como sólo los mexicanos sabemos hacerlo.
“Desde pequeños, a la más temprana edad en que tenemos la memoria, todos los niños sabíamos que en Xantolo habría una fiesta.” Delia Rangel
Xantolo es su fiesta, su momento de celebrar que ya no están con nosotros, el momento de recordarlos más que nunca y abrirles las puertas de nuestras casas nuevamente, sin lágrimas, sin melancolías, sino con alegría, música, baile y comida típica.
Esta fiesta proviene de la Huasteca hidalguense, es ahí donde se lleva a cabo, donde el día de muertos carece de importancia y toma lugar Xantolo, palabra que proviene del náhuatl que quiere decir; “fiesta de todos los santos”. Cuya tradición es la más importante de esta región mexicana, se trata de conservarla lo más intacta y pura posible. Tehuetlán, un pequeño poblado a escasos treinta minutos de Huejutla de Reyes mantiene como pocos lugares lo logran, la tradición del Xantolo.
“ En Xantolo las mamás, las abuelas y las hijas cocinaban todo lo que gustaba comer, pero no comeríamos porque era para los muertos.” Ana del Río-Xantolo
La fiesta de día de muertos, como es conocida mundialmente, no es exclusiva de esta localidad, sino de toda la región que en conjunto hacen a la Huasteca que está formada por Tamaulipas, Veracruz, San Luis Potosí e Hidalgo. Sin embargo, el último estado es el que tiene más arraigo a esta tradición, en la que se venera y recuerda a los muertos.
Este ritual proviene de la práctica prehispánica de honrar a los difuntos y aunque muchos pensaban que la festividad tomaba lugar en octubre, todo comienza desde junio con la preparación de un elemento de suma importancia para los altares: la flor de cempasúchil. A partir de finales de junio se empieza la cosecha, se compran los cerdos, guajolotes y todo lo necesario para preparar el festín que ofrecerán a sus queridos difuntos, cabe destacar que Xantolo para las poblaciones huastecas es unión, devoción y esfuerzo por sus familiares y amigos que ya no están.
Xantolo, no sólo es hacer un altar con todos los elementos que lo componen, sino es hacer de una población la unión por algo en común: sus muertos. Es por ellos que existen diferentes tradiciones en torno a la elaboración de la parte más importante de esta fiesta. A partir de septiembre, los hombres se encargan de la cosecha del maíz, y el cuidado del cempasúchil, mientras que las mujeres preparan los bordados en servilletas y manteles que tomarán lugar en el altar.
“A mucha gente le gusta dejar los altares todo el mes para las fiestas de san Andrés.” Delia Rangel
El 29 de septiembre que es conocido como el día de San Miguel de Arcángel, en los poblados se hace una primer ofrenda de todos los alimentos que serán ofrecidos a los difuntos, en dicho festejo se colocan tamales de todo tipo como de frijol, guisados, cerdo, carne de res, así como de dulce en el altar, acompañados de café. Existe una segunda ofrenda, que es el 18 de octubre llevada a cabo en las fiestas de San Lucas, donde se cortan los plátanos verdes en espera de su maduración y se reúnen las familias y amigos para moler el cacao.
Es impresionante como el Xantolo genera una unión tan grande, reflejada en la tradición de visitar a todas las familias del pueblo y llevar un obsequio que posteriormente se pondrá en el altar.
Llega octubre, el momento en donde todo va tomando forma, donde los preparativos se están acabando y sólo son los detalles los que faltan, pero sobre todo las miles de personas que se trasladan desde toda la República y de diferentes países a estas localidades a festejar una fiesta muy mexicana.
“ La casas se vestirían de colores naranja, blanco y morado, las mujeres harían altares formados con huacales, vestidos con manteles, papel picado, cazuelas de comida, platos de barro servidos, pan de muerto.” Ana del Río- Xantolo
El 30 de octubre conocido como “Domingo grande”, se realizan las compras de los últimos detalles. El mercado toma gran importancia, ya que es ahí a donde la gente acude para realizar las compras finales antes de preparar el altar, todo tipo de colores, texturas y olores se pueden apreciar, gente caminando velozmente de aquí para allá, buscando lo necesario para dar comienzo a la parte más importante del festejo; la construcción del altar. Cabe mencionar que dependiendo la región del país es la forma y los elementos que componen dicho altar, sin embargo, en la huasteca una de las partes más importantes de éste, son los arcos.
El arco está compuesto de cañas de azúcar que ayudan a sujetarlo de la mesa, dicha estructura se confecciona con hojas frescas de limonaria y las flores recién cortadas de cempasúchil. En ciertas regiones del país a la mitad del arco se cuelgan frutas, pan de muerto en forma humana y unas canastas con cacahuates y dulces. La parte superior del altar hace referencia al ciclo del sol quien da luz y vida, mientras que en el centro se acostumbra a poner imágenes de la Virgen de Guadalupe o de la Santa Cruz, a quienes se les pide el descanso de sus fallecidos, a un lado de estas imágenes, se colocan las fotos de los que buscan ser recordados.
“El día primero se les ofrendan caldos a los niños y se prenden velas delgaditas, en la mañana se ofrenda chocolate con pan. El segundo día se vuelve a ofrendar el chocolate con pan y desayuno de tamales, a medio día el tradicional mole arroz y sopa. La comida del altar va cambiando.” Delia Rangel
En la mesa, se colocan las ofrendas, para de esta manera dar la bienvenida a los que regresan. Esta mesa representa el cielo. Las ofrendas dependen de lo que le gustaba al difunto, su comida favorita, bebida, calaveras de azúcar, pan de muerto. En muchas localidades huastecas el pan de muerto tiene forma humana, la tradición dice que esta figura sirve para distraer a los difuntos y que no se lleguen a confundir llevándose a los que siguen vivos. En el piso, la última parte del altar, se coloca un pedazo de bambú con orificios para poner velas las cuales sirven como guía para los muertos que están llegando, enfrente de las velas, siempre debe de haber un incensario el cual tiene que estar prendido en todo momento, ya que el olor del incienso sirve como guía para seguir el camino correcto. Finalmente se hace un camino con pétalos de cempasúchil el cual según las creencias sirve para que los difuntos sepan por donde regresar. Sal, papel picado, fruta, artículos religiosos son otros elementos que pueden ser adheridos a los altares de muertos, así como objetos personales.
“Cada quien adapta su altar según las costumbres o la forma en como lo hacían nuestras mamás y papás” Delia Rangel
El 31 de octubre se cree que es la llegada de los angelitos, niños que fallecieron y que regresan en visita de sus seres queridos, para ellos, se les colocan juguetes en los altares, se queman cohetes y copal y su arco es un poco más pequeño. A partir del 1 de noviembre llegan los adultos para los cuales se tiene preparada comida y bebidas alcohólicas, estos altares se acostumbran poner las cosas de los familiares. Durante estos dos días hay fiesta y música; “los comanches” es un baile tradicional en el cual hay tres personajes que representan a la vida y la muerte. Los comanches, hacen referencia a la vida y hay un perro que hace referencia a la muerte, estas personas van de casa en casa al ritmo de un grupo de huapango tradicional que al llegar a las casas son recibidos con comida y bebida en representación de agradecimiento.
Los bailes que se realizan en la festividad del Xantolo, están conformados por cuadrillas, en los cuales existe la tradición de que los hombres se disfracen de mujer y bailen al ritmo del huapango con máscaras de diferentes diseños. También hay una costumbre de que estos mismos hombres pasen a pedir dinero a cada una de las casas. Los niños desde pequeños forman parte de esta tradición y de esta manera se conserva un poco de la esencia del Xantolo.
“ Las mujeres bordan, los hombre y las mujeres hacen figuras de barro a los muertitos.” Delia Rangel
Para finalizar esta hermosa tradición en la tarde del 2 de octubre conocido como el día de la bendición es cuando las personas de la tierra se despiden de sus difuntos; tlarnacualistli. Este día se lleva la ofrenda, los arcos y comida al cementerio donde se coloca por unos minutos para posteriormente al ritmo de la música convivir y comer los alimentos llevados. De esta manera es como se acaba el Xantolo, con la unión de los pobladores, el huapango, los bailes y cohetes iluminando la noche.
Un año de espera, para que los muertos regresen, para tenerlos cerca y recordarlos con más ganas, un año para empezar las fiestas, los bailes y la comida, un año de preparación para las ofrendas, los altares, sólo un año más para convivir con los que se fueron.